Conejos y embarazo, compatibles siempre |
¿Cuántos animales son abandonados porque su dueña se ha quedado embarazada? La ignorancia produce temor y los afectados son nuestras pequeñas fieras que acabarán en la calle desamparados.
Muchos anuncios de futuras madres dando en adopción a su mascota porque creen que será perjudicial para su embarazo. Este miedo es principalmente por culpa de la toxoplasmosis, una enfermedad causada por un parásito común en humanos y en animales de sangre caliente.
¿Qué es la toxoplasmosis?
Ante todo debemos saber que dicha enfermedad es dañina en personas inmunodeprimidas o para el propio feto pero que es muy difícil que pueda haber contagio, para empezar sólo los gatos transmiten la toxoplasmosis.
A lo mejor te sorprende saber que comer embutido, fruta o verdura mal lavadas supone más riesgo que tener un gato a la hora de contraer esta enfermedad infecciosa. Puede que incluso hayas tenido toxoplasmosis sin saberlo ya que a veces presenta síntomas como los de una gripe y se puede confundir como tal pero generalmente no es grave a menos que te encuentres entre las personas más vulnerables de la población (niños, embarazadas, ancianos, inmunodeprimidos).
Evitar el contagio es tan sencillo como extremar la higiene, pero no sólo porque estés embarazada, es algo que todos debemos hacer a diario en la manipulación de alimentos.
En lo que a animales se refiere os voy a copiar directamente un artículo sacado del foro Crianza Natural donde explica a la perfección si de verdad tener un animal supone un peligro para el feto.
Me llamo Laura y tengo 7 gatos, que fueron llegando a mi casa procedentes del abandono y el maltrato. Forman parte de mi familia, cosa que mi entorno no parece entender, así como que ellos no están conmigo porque me guste coleccionar animales, ni siquiera porque me gusten los gatos. Están conmigo por moral, porque en su día no pude mirar hacia otro lado. El día que decidí ser madre lo primero que me llegó de mi entorno fue la típica frase de “¿y ahora qué vais a hacer con los gatos?” Escribo este texto con la esperanza de poder ayudar a muchas futuras mamás y a sus gatos, para desmontar muchos falsos mitos que circulan por ahí. Es para vosotras, no tratéis de explicárselo a esa gente ignorante que no quiere atender a razones, y que piensan que los gatos harán que el niño estalle o algo parecido (porque no se que piensan que le pueden hacer). Ni lo intentéis porque hablar con esas personas es como hablar con las paredes. Eso sí, tened por seguro que los gatos no sólo no son perjudiciales para un niño, sino que son buenos para su salud y su desarrollo psicológico (le refuerzan contra alergias y además le ayudan a educarse en responsabilidad y amor). Soy licenciada en Psicología, auxiliar de clínica veterinaria y llevo muchísimos años en el mundo de la protección animal, con lo que no hablo por hablar. He estudiado psicología infantil, conozco el ciclo de la tan temida toxoplasmosis y también sé bastante de etología para entender a los gatos, que por mucho que la mayoría se empeñe en tenerlos como si de jarrones decorativos se tratase, son seres vivos. Espero que esto os ayude, no dejéis que nadie os asuste con mentiras, y mucho menos dejéis que os hagan abandonar a vuestros gatos en base a cuentos de vieja sin fundamento alguno. Compartid vuestro embarazo y luego vuestra vida familiar con su nuevo miembro con vuestros gatos y sed felices. PRIMERA FASE: EL EMBARAZO
Nada más quedarme embarazada lo primero que hice fue llamar llena de ilusión a toda mi familia. La buena nueva pasó a convertirse en diversas discursiones con casi todos ellos, con frases como la que cité antes o “ahora tendréis que donar a los gatos” (abandonar, se dice abandonar...), “los gatos ahora los tendrás que quitar” (si, los envuelvo, los dejo en el trastero y luego más adelante los vuelvo a sacar...) y otras por el estilo. Se me quitaron las ganas de llamarles más. Les dije una y cien veces que no pasaba absolutamente nada, que como era auxiliar veterinaria sabía como iba eso de la toxoplasmosis, les explicaba el ciclo...como hablar con la pared. Si había alguna celebración familiar, que hubo bastantes hasta que di a luz, no dejaban pasar la oportunidad de volver a sacar el tema de los gatos, de echarme miradas acusatorias de “eres una mala madre”, y yo me quedaba calva de decirles que no pasaba nada... Os explico el tema de la toxoplasmosis: Lo primero es hacerte los análisis (que muchos ginecólogos te dicen que gatos fuera sin pasar ni por este paso). Si tú eres positiva, ya la has pasado, y ahí no hay riesgo alguno. Si tú eres negativa, debes hacerle las pruebas al gato (eso nunca lo dicen, directamente el gato fuera, son la leche). Sólo un 2 % de la población mundial felina es positivo a toxoplasmosis. Si tu gato es negativo, no hay riesgo tampoco. Si tú eres negativa y tu gato es positivo (cosa que ya es difícil), hay que ver con un análisis de heces del gato si está eliminando ooquistes o no, o sea, si está activa. Esto es importante porque el gato que coge la toxoplasmosis sólo elimina ooquistes durante dos semanas después de haberla cogido, y luego le pasa como a nosotras, que da positivo porque ya la ha pasado, pero no pasa nada. Así que puede que si tu gato es positivo la haya cogido hace años cuando era cachorrito, a lo mejor estaba en la calle y cazaba algún ratón, pero ahora no elimina ooquistes ya, y por tanto tampoco hay riesgo. En todo caso, si tú eres negativa, tu gato positivo y justo está en esas dos semanas (que ya es algo increíble que pase, y más si tenemos en cuenta que la mayoría de los gatos caseros no salen a la calle y no comen carne cruda sino pienso y alguna latita, porque cuando la cogen es por comer carne cruda infectada), tampoco te alarmes, porque para que la toxoplasmosis pueda afectarte a ti las caquitas deben estar más de 24 horas en ambiente, o sea, que con que tu chico limpie las cacas un par de veces al día, tampoco hay riesgo. Aparte de todo eso, se transmite sólo por las caquitas si tú llegas a ingerir ooquistes que haya ahí, y eso me parece también bastante improbable . Así que no te preocupes, deja que tu chico limpie la arena unos meses (eso es lo mejor, jejeje), relájate y no hagas caso de ginecólogos que no tienen ni idea o que si la tienen pasan de darte información adecuada, consiguiendo que haya un montón de abandonos innecesarios, embarazadas con ansiedad (eso si es un peligro real, señores ginecólogos) y situaciones de tristeza. PELIGROS REALES:Carne poco hecha, embutidos, verduras y frutas mal lavadas. Bien, sabiendo todo esto fui por primera vez al ginecólogo dispuesta a negar que tenía animales en casa si me lo preguntaba, por si me tocaba alguno de esos tristemente tan frecuentes ginecólogos desinformados. Para confirmar mis sospechas le pregunte por el tema de la toxoplasmosis, a lo cual tuvo el cuajo de responderme (todo esto sin haberme hecho los primeros análisis aun y sin saber si era positiva y por tanto no había riesgo alguno) que me cruzara de acera si veía algún gato por la calle y que podía ponerme morada de jamón serrano y embutido. Ahora es cuando muchas os preguntaréis: ¿y por qué muchos ginecólogos dicen esto? Por algo será... Os lo explico: los ginecólogos estudian ginecología, no veterinaria. A ellos les enseñan que la toxoplasmosis es perjudicial para los fetos, y nada más. Está en su voluntad el informarse un poco más, en saber del ciclo de la toxoplasmosis para evitar abandonos de animales (que habiendo estado en una protectora os puedo decir que son un número muy elevado por esta causa, y que las pobres embarazadas que nos llaman están desesperadas y asustadísimas por culpa de que su ginecólogo no se ha querido informar y prefiere dárselas de saberlo todo en vez de decirle “la toxoplasmosis es perjudicial, si, pero mejor pregúntale a tu veterinario para valorar ese riesgo”). De hecho mantuve una conversación en un ciclo de conferencias con la presidenta del Colegio de Médicos, ella sabía perfectamente que no había peligro, y se sorprendió mucho al decirle que los ginecólogos recomendaban desprenderse de las mascotas. De hecho no lo hacen sólo con los gatos, como no tienen ni idea de veterinaria indican a las embarazadas que abandonen cualquier animal, gatos, perros, conejos... cuando la toxoplasmosis sólo se desarrolla en las heces del gato. Para que veáis lo “peligrosos” que son los gatos: como ya os comenté al principio llevo muchísimos años en el mundo de la protección animal (más de 15 años), limpiando caca de gato (en ocasiones hasta tenía que ponerme un mono de plástico desechable si iba a limpiar a la protectora, ¡acababa de caca de gato hasta las orejas!), de gatos que se supone son grupo de riesgo porque vienen de la calle, donde pueden comerse algún ratón y coger la toxo. Y como os dije convivo con 7 gatos. Bien, al llegarme los resultados di NEGATIVO. Toda una vida limpiando caca de gato, de miles de gatos distintos, y nunca cogí la toxoplasmosis. Y eso sin tomar ninguna precaución. Así que el ginecólogo que indica a una mujer que tiene un gato casero que se deshaga de el debería informarse más y dejar de echar muertes de animales sobre sus espaldas. Otro punto que influye en este tema es el “argumento ad hominem”, consistente en que cuando dices que ayudas en una protectora siempre hay alguien que te dice “¿y por qué no ayudas a los niños de África?”. Esa persona te lo dice desde el sofá, sin ayudar a nadie, por supuesto. Y es la misma que si ayudaras a los niños de África en vez de a los gatos te diría que por qué no ayudas a los niños de España. Pero parece que con el tema de los animales este argumento se recrudece aun más, dando lugar a un absurdo en el que parece que por ayudar a los animales estás perjudicando a las personas. Y eso lo trasladan a aconsejar que te desprendas de tus gatos, porque si no lo hicieran estarían perjudicando al bebé siguiendo su absurdo razonamiento. Mi embarazo no sólo se desarrolló felizmente, sino que además mis gatos supieron desde el primer día que me había quedado embarazada y se dedicaron a protegerme, a ir detrás mío, a extremar sus cuidados sin pasar corriendo cerca de mi, por ejemplo, tratándome con delicadeza. Cuando di a luz un niño perfecto y mi familia vio que efectivamente no pasaba nada, lejos de tragarse sus palabras y dejar de lanzar puyas que me hacían daño, pasaron al siguiente asalto... SEGUNDA FASE: BEBÉ Y GATOSLos tiempos del medievo en los que los gatos eran quemados o matados de cualquier otro modo (lo cual contribuyó, dicho sea de paso, a la propagación de la peste debido al aumento de ratas) por su relación con la brujería pasaron a la historia físicamente, pero en las mentes de muchos parecen seguir ahí, y se cataloga al gato como un animal maligno, que hace daño a sabiendas, y que por supuesto va a atacar al bebé. Estas personas no han tenido un gato en su vida.
Al nacer mi niño mis familiares vinieron a verle al hospital, o me llamaron por teléfono. Y la mayoría (a los que ya había dicho antes que no pasaba nada durante el embarazo y seguían sin bajarse del burro) siguió con el tema, que ahora era que según ellos un bebé era imposible que conviviera con animales (me pregunto como ha sobrevivido la raza humana desde los tiempos de las cuevas). De nuevo les dije una y otra vez que no pasaba nada...esta vez sin argumentos no porque pasara algo, ¡sino porque no había argumento alguno que rebatir! ¿Qué se supone que le pasa a un niño que vive con gatos?
“Es que hay pelos”: sí, pero yo limpio mi casa, paso el aspirador casi a diario y cepillo a mis gatos cada pocos días. En mi casa hay menos pelos que en muchas otras sin animales. Otra cosa es que seas un poco desaseada (por ser diplomática) y no limpies tu casa, entonces va a dar igual que tengas gatos o no.
“Es que el niño se mete todo en la boca”: y de vuelta al tema de la limpieza de antes.
“Es que los gatos tienen celos y atacan al niño”: o más bien van a protegerle... eso sí, si tratas a tus gatos como a floreros y les ignoras, no te extrañe que tus gatos tengan problemas de conducta, provocados por ti, y por lo que muchos acaban abandonados (no sea que el dueño se tenga que gastar un duro en un etólogo o simplemente tratar a sus gatos como seres vivos parte de la familia...). Mis gatos ni siquiera se metieron en la cuna del niño, que estaba montada meses antes de su nacimiento, yo compré un spray educativo que detectaba el movimiento y les rociaba si se metían en la cuna y tuve que tirarlo nuevo, sin una sola vez de uso, porque ni asomaron la nariz a la cuna. Sabían que era del niño. Eso sí, me tomé la “molestia” de preparar ese spray para enseñarles que ahí no se entraba. Mis gatos, como miembros de la familia que son, tienen sus rascadores, sus juguetes, sus caprichos y sus necesidades cubiertas. No necesitan llamar la atención, son felices. Si alguna vez les pasa algo me molesto en averiguar la causa y ayudarles a ponerle remedio, no corro a castigarles o a abandonarles. Todos venían de la calle con sus traumas y todos los superaron aquí, dejando atrás todo lo malo. La gente me dice cuando viene a casa que parece que no tengo gatos, y se sorprenden, porque tengo 7... pero educados.
“Es que los gatos van a ir a por el niño aunque no tengan celos”: Otra mentira. Los gatos van a ir a lo suyo, y lo que va a pasar es que cuando el niño empiece a andar va a ser él el que les persiga, va a intentar tirarles de la cola, y vamos a tener que enseñar al niño a respetar a los gatos, no al revés. Y los gatos van a hacer gala de su infinita paciencia con el niño dejándose hacer de todo, los pobrecillos.
“Es que los gatos transmiten enfermedades”: MENTIRA. Los gatos sólo pueden transmitir la toxoplasmosis a las embarazadas (y bajo los puntos descritos antes, harto improbables), hongos o parásitos. Si tu gato está desparasitado y sano, no va a pasar absolutamente nada, otra cosa es que tu gato esté completamente descuidado, en cuyo caso es tu culpa, no del animal. Es mil veces más probable que tú le pegues algo a tu hijo, e incluso a tu gato, ya que puedes traerle cualquier enfermedad felina de la calle en tus mismos zapatos.
Hay personas que no deberían tener ni niños ni gatos. No deberían tener niños porque los van a tener de forma egoísta, no van a pensar en ellos, no van a vigilar que no cojan algo del suelo, van a enchufarles un chupete para que se callen y a dejarles llorar aunque al niño le pase algo, porque ellos quieren dormir. Tampoco deberían tener animales, porque también los tienen por egoísmo, no van a tener cubiertas sus necesidades, no van a comprenderles, incluso van a maltratarles (cosa que suelen hacer también con sus niños).
Esas personas van a dejar que el niño se meta en la boca una caquita de gato porque no van a estar ahí y tampoco van a mantener limpio el arenero o a habilitar barreras para que el niño no acceda al mismo. Esas personas no van a molestarse en tratar a sus gatos con dulzura cuando llegue a casa el bebé. Y por todas estas razones, por mucho que no tengan animales, tampoco deberían tener niños, ya que no están preparados para ello, no saben lo que es la empatía, no saben satisfacer otra cosa que no sea su propio ombligo.
Cuando llegué con mi bebé a casa se lo enseñé a mis gatos dentro del cuco. Ellos se extrañaron y vinieron a asomarse y a olerle de lejos. El bebé ni se inmutó. Han pasado los meses y vivimos todos juntos, en perfecta armonía. Mi hijo sólo ha recibido de mis gatos mimitos (cuando se atrevieron a acercarse un poco) y protección. Cada vez que viene alguien a casa a ver al niño ellos salen para vigilar que el extraño no dañe al bebé, incluso dos de mis gatos que jamás aparecen (por miedo) cuando vienen visitas. Y cuando la visita se va ellos vuelven a irse del salón.
Eso sí, pese a que la realidad golpea y es evidente que efectivamente no pasa ABSOLUTAMENTE NADA por tener gatos durante el embarazo y luego con un bebé conviviendo con ellos, mi entorno sigue repitiendo una y otra vez que “si sigo teniendo a los gatos, que a ver que voy a hacer” y blaaa blaaa blaaaaa. ¿Qué el niño nació perfecto y ven que está sanísimo y feliz? No pasa nada, ellos deben seguir machacando porque creen los gatos son seres malignos que deben ser erradicados de la faz de la tierra. O porque simplemente para ellos son esos graciosos animalitos de usar y tirar que una vez que tienes un niño debes “donar” porque ya no te hacen falta, como si el niño los sustituyera.
No dejéis que os ganen la batalla, la ignorancia es muy atrevida, y ellos seguirán. Os harán sentir mal, os harán sentir impotentes porque no escuchan, porque no aceptan la verdad ni aunque el tiempo os dé la razón una y mil veces. Intentarán haceros creer que sois malas madres.
Pero como yo digo: ser buena madre se demuestra con tus actos, no intentando quedar bien con la familia. Y no hay acto más deplorable que el abandonar a un animal. Mi hijo no va a aprender eso de mí, jamás, no verá fotos de un gatito y tendré que inventarme una mentira para no tener que decirle que lo abandone cuando me quedé embarazada o cuando él vino al mundo. Y aquellos que aconsejan abandonar deberían plantearse por qué necesitarían mentir a su hijo sobre el gatito de la foto.
Mi hijo aprenderá a convivir y amar a los animales y por ende a las personas, aprenderá lo que es la empatía. Aprenderá a ser una mejor persona. Sed felices, disfrutad de vuestro embarazo y de vuestra maternidad, dejad que vuestros animales os cuiden, cosa que no hacen aquellos que sólo os intentan hacer sentir mal. Y sobre todo, informaros de todo antes de hacer alguna tontería.
Y los cuentos de vieja, que se los lleve el viento.
Si nos informásemos antes de dejarnos llevar por el pánico evitaríamos que muchos animales acabasen abandonados. Un conejo jamás va a suponer un riesgo para tu embarazo... y un gato o cualquier otro animal tampoco.
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