Cambios de casa, visitas al veterinario, ruidos molestos, compañía de nuevos animales o personas, a la hora de tener que medicarles... son algunos factores que les ocasiona estrés.
A un conejo estresado se le complicará más una enfermedad que en principio no daría grandes problemas en un estado normal o incluso ser el desencadenante de la aparición de síntomas que provoca un parásito que tienen la mayoría de los conejitos, encephalitozoon cuniculi, y que puede llegar a ser una enfermedad grave.
Por eso en la medida de lo posible intentaremos que estén lo más tranquilos posible evitando por ejemplo cogerles a menudo, dejándoles espacio para que puedan correr diariamente, respetar su descanso y no provocar ruidos fuertes o si tenemos visita en casa no dejaremos que lo manoseen como si de un juguete se tratara.
En definitiva, darles una estabilidad diaria en la que se sientan seguros y felices y sólo en obligadas ocasiones, como revisiones o visitas veterinarias, no tendremos más remedio que "romper" esa serenidad que necesitan.
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