Hacer criar a una coneja no debería ser algo que tomásemos a la ligera, ante todo hay que saber que supone un riesgo tanto para la salud de la madre como para la de los bebés.
Los partos no son fáciles y además puede darse el caso que rechace a los hijos ya sea por no tener un espacio adecuado o por una mala manipulación de los gazapos por nuestra parte.
Un alto porcentaje de conejas que no son esterilizadas tienen muchas posibilidades de contraer cáncer de útero y hay quien cree que haciéndolas parir consiguen evitar esta grave enfermedad, algo totalmente falso.
Piensa que pueden llegar a nacer más de 3 gazapos por parto. ¿No te parece que ya hay demasiados conejos abandonados como para traer más al mundo? ¿Podrás hacerte cargo de todos? Si los dieras a terceras personas ¿tendrías la certeza de que estarían en buenas manos?
Es fácil enamorarse de un conejo pequeño, un peluchito al que abrazar y llenar de besos pero que también necesita comer, salir de la jaula, ir al veterinario... y que seguramente nos destroce alguna vez un mueble a base de mordiscos y será entonces cuando esa persona que se "enamoró" del conejito dulce que le diste, se plantee quitárselo de encima al ver los gastos que conlleva o por haberle causado problemas en el mobiliario.
Aunque afortunadamente no todo el mundo trata así a los animales siempre es mejor asegurarnos de dar con alguien responsable.
Seamos consecuentes y si finalmente nuestra coneja se queda embarazada infórmate de todo lo que debas saber para el momento del parto y sobre qué hacer ante un posible rechazo de las crías.
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