La mayoría de las bolsas de heno, por no decir todas, tienen polvo que puede ser perjudicial si lo respiran los conejitos, o a nosotros mismos también nos puede dar alergia. Podemos evitar que esto suceda almacenando el heno en una caja de plástico como la que puedes ver sobre este texto.
En un lugar aireado sacaremos el heno de la bolsa, tendremos la precaución de ponernos una mascarilla o un pañuelo para que no respiremos el polvo que vaya saliendo.
Vamos cogiendo heno y lo sacudimos para que el máximo polvo posible desaparezca.
A la hora de tener que coger heno será más fácil desde la caja, ya que en las bolsas suele venir algo prensado y además se mantiene igual de fresco. Recuerda dejar la caja en un lugar donde no le dé la luz directamente, así se conservará mejor.
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